Estamos ante la elección más demandante de atenciones y procedimientos que haya tenido nuestro país es toda su vida democrática. Por el número de cargos de elección, también por la cantidad de candidatos en contienda, por la importancia que hoy tienen las redes sociales y su influencia casi inmediata en el comportamiento de los electores, por las condiciones de la crisis sanitaria que vivimos y que, lamentablemente se agrava por la pésima gestión gubernamental, desde luego en el contexto de una frágil y dañada economía doblemente afectada por la pandemia y por la insolvencia gubernamental para la gestión económica.
Hacen falta algunas variables en la reflexión del día y tendríamos que agregarlas a fuerza de encontrar alternativas de los ciudadanos de cara a un proceso electoral que se precipita en su descomposición.
Hay factores que son constantes en todo este proceso: el presidente ha repartido dinero a través de programas sociales para asegurarse de que cuenta con los votos necesarios para mantener el control y sumisión del congreso de los diputados federales pero ya ninguna encuesta le concede la posibilidad de mantener dicha sumisión, la tragedia de la línea 12 del metro que ha costado 26 vidas y 74 heridos, algunos de ellos de gravedad es la imagen del desastre que representa el presidente y sus pandillas de cara a la elección intermedia.. De esa tragedia no hay manera de culpar “a los de antes”, todas las autoridades responsables ya estaban ahí, no hay manera de voltear a ver a nadie que no sea uno de ellos mismos.
Ha generado toda clase de “marrullerías” para no perder el foco de atención en sus propósitos acerca del proceso electoral.
Lamentablemente el presidente López ha mentido sistemáticamente y si tuviera interés en enmendar su proyecto político, ya no le alcanza el tiempo para corregir…
La realidad es que tiene perdidos los controles de la política nacional desde que fincó en una fantasía, salida de su pobre conocimiento de la historia nacional, un proyecto que no tiene viabilidad alguna… repitió la estrategia con la que ganó la elección hace casi tres años pero hoy no están las mismas condiciones, sus apuntes de campaña hoy no se ajustan a ninguna estrategia.
Hasta sus amigos lo están mandado al carajo y como sucedió con “el manto de Penélope… lo que teje en las mañaneras, lo destejen por la tarde…
Factores importantes para manejar la estrategia con la que consolidaría el segundo trienio y desde luego la mayoría calificada de diputados ya están fuera de control, no logró convencer a los mexicanos de sus proyectos de infraestructura, el banco del bienestar no termina de instalarse en el país y ya tiene pérdidas por 260 millones y un pasivo de 61 mil millones pero sigue en la necedad de construir 2600 sucursales, el 70% de la guarda nacional son militares y nunca hemos vivido peores indicadores de inseguridad, feminicidios, presencia del crimen organizado en todo el país.
La economía de los mexicanos pasa por su peor escenario y no hay una solo propuesta que el gobierno atine a convocar para salir de la peor crisis en un siglo.
Siempre quedará la posibilidad de reconocer que se equivocó, que el amasijo de ideas que le ponen en su cabeza los que le tripulan la agenda están fuera de la realidad, que las combinaciones de la izquierda de alambique y el comunismo caviar, la lucha de clases derivada en lucha de frases y el eslogan “primero los pobres” no han servido para distraer a los mexicanos de la triste realidad: un gobierno corrupto, incompetente, indolente.
Las evidencias mandan un mensaje distinto a los discursos.
Será que veremos una conducta electoral en la que los “milenials” voltean a ver el proceso electoral como oportunidad de expresión y los jóvenes “pandemials” marquen la diferencia que falta para confirmar que el proyecto del presidente López “está venciendo la curva…”
Hasta la próxima PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez,
Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
gmg@gerardomosqueda.com.mx gerardomosqueda/ mosquedagerardo