Guanajuato, Gto. 10 Diciembre 2020.- El Grupo Parlamentario del PRI por conducto del diputado José Huerta Aboytes cuestionó los nombramientos de funcionarios por parte del Presidente López Obrador, donde resalta la escasa o nula relación del perfil profesional con el puesto para el que se realiza la designación.
En la sesión virtual del Congreso del Estado de este jueves, el legislador priista se refirió a los recientes nombramientos de Tatiana Clouthier en la Secretaría de Economía, Dalia Borja Gómez en la Junta de Gobierno del Banco de México y Elvira Concheiro en la Tesorería de la Federación.
Agregó que una vez más queda de manifiesto que en la baraja del presidente de la República, militancia mata experiencia, lealtad mata competencia profesional; y que, en no pocos casos, la carrera y el servicio civil sucumben a manos del servilismo más ramplón.
Así pasó cuando al inicio de su administración, de manera completamente extraña, designó a un anodino ingeniero agrónomo para ocupar la dirección general de Pemex, sin que éste tuviera los más mínimos conocimientos en la materia.
Lo mismo ocurrió cuando al desmantelar el Seguro Popular designó en el INSABI a un antropólogo que no tiene ni la más remota idea de los graves problemas y las urgentes soluciones de la salud pública y la medicina social.
Así sucedió cuando envió las ternas al Senado de la República para la designación de los integrantes de la Comisión Reguladora de Energía y de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, en las que proponía personas cuya notoria ignorancia sólo causaba pena ajena.
Esa lamentable situación se replicó en la designación de Rosario Piedra Ibarra como titular de la CNDH y como si se tratara de una materia insignificante a donde pudiera llegar cualquier hijo de vecino, en la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, designó a una periodista egresada de la escuela de reporteros “Carlos Septién”.
Los altos cargos de la administración pública no son para saldar deudas de amistad, para gratificar méritos en campaña, para colocar a los compadres o para formar y fortalecer grupúsculos o camarillas.
Luego se refirió al caso de Tatiana Clouthier cuyo currículum carece de todo tipo de elementos que la acrediten como experta en las intrincadas materias de la economía; y sin embargo se le está encomendando precisamente esa cartera, cuando el país está cayendo en una de las más grandes catástrofes económicas de que se tenga memoria.
No menos importante es el espacio en la Junta de Gobierno del Banco de México que deja libre Javier Guzmán el 31 de diciembre ahí designo el presidente a Dalia Borja Gómez, la tesorera de la Federación es matématica y estudió una maestría en Economía y Política Pública, lo que no garantiza que entienda de política monetaria y regulación financiera.
Pero más catastrófico es aun el nombramiento de Elvira Concheiro para la Tesorería de la Federación. La administración del dinero de todos los mexicanos en manos de Marx.
El diputado Huerta citó que Concheiro es socióloga, en cuya carta curricular figura como logro académico, que se ha destacado de manera sobresaliente en el conocimiento del marxismo, y que además tiene una formación y militancia políticas que vienen desde el viejo Partido Comunista mexicano. Es hermana de Luciano Concheiro amigo personal de López Obrador y subsecretario de Educación Superior.
Esta propuesta, más el movimiento de la defenestrada Graciela Márquez a la junta directiva del INEGI, para tener el control de los “otros datos”, parecerían confirmar los temores de quienes especulan que el régimen del señor López Obrador tiende a parecerse cada vez más al gobierno de Venezuela.
Apuntó que más allá de conjeturas y elucubraciones, lo cierto y evidente es que, muchas de las designaciones y nombramientos del presidente López Obrador no tienen ni pies ni cabeza y es muy difícil que rinda frutos positivos, con el consecuente perjuicio para el país.